“Colección de Canciones Populares Españolas” es un album que grabaron en 1931 Federico García Lorca al piano y la Argentinita en la voz. Constaba de seis discos gramofónicos de pizarra de 25 cm y 78 rpm con un total de doce canciones que son una de las compilaciones con más peso cultural de la historia de nuestro país, por su valor identitario y por ser el reflejo de una España en peligro de extinción. Una España rural, en la que cada aldea era en sí un universo y aquello que cantaban los mayores era el único canal musical.
Antes de que se produjera la fusión con la bailaora y cantaora, Lorca llevaba años recorriendo España en busca de lo autóctono, de lo auténtico. De hecho, algunos de sus viajes quedaron retratados en Impresiones y Paisajes, el primer libro publicado del autor. A nadie se le escapa la acentuada inquietud armónica del granaíno, que antes que poeta había estudiado piano en su infancia, y más tarde aprendió a tocar la guitarra y a desenvolverse entre los gitanos del Sacromonte. Pero además de la técnica, Lorca dedicó gran parte de su vida a su investigación, a menudo en origen, que en dicho caso eran los ancianos de los pueblos y ciudades, los últimos bastiones del folclore que se transmitía por el boca a boca. “He estudiado durante diez años el folclore de mi país con sentido de poeta”, afirmó en una ocasión.
La aparición de la Argentinita en la vida de Lorca se produjo doce años antes de la grabación, cuando la artista actuó en El Maleficio de la Mariposa, la primera obra teatral lorquiana. La artista, nacida en Argentina en el seno de una familia de emigrantes españoles, volvió a España donde hizo despegar su carrera como bailaora en los más grandes teatros y auditorios. Su sello era jugar con el flamenco, el tango, las bulerías y los boleros, generando entre todos los géneros una conversación que le convertiría en la artista mejor pagada de la época.
La relación entre Lorca y la Argentinita fue siempre muy estrecha. De tan profunda amistad nació la necesidad de hacer un retrato de esa España profunda, sufridora pero alegre y llena de ritmos. La Argentinita puso la voz, el zapateado y las castañuelas, y Federico la acompañó al piano, y la recopilación tuvo tanto éxito que Lorca decidió incluir algunas de las canciones en sus representaciones teatrales a modo de fin de fiesta.
Rezelo termina de recodificar con este EP Vol. III Tierra, (continuación de Vol. I Carne y Vol. II: Sangre) esta pieza capital de la tradición patria desde un prisma actual de folktrónica, breakbeat, dembow y electrónica experimental